martes, 21 de julio de 2009

EL TESTIMONIO DE PASTOR FERNÁNDEZ BEITA: 20 AÑOS HAN PASADO

ESTE ES LA PÁGINA OFICIAL DE LA ASOCIACIÓN DEPORTIVA SAGRADA FAMILIA, QUE ES UNA ASOCIACIÓN INSCRITA EN EL REGISTRO NACIONAL CON CÉDULA JURÍDICA.

LA A.D. SAGRADA FAMILIA ES UNA ASOCIACIÓN DEPORTIVA SIN FINES DE LUCRO CUYA ACTIVIDAD PRINCIPAL ES LA PRACTICA DEL DEPORTE DE ALTO RENDIMEINTO



José Pastor Fernández Beita:

"GRACIAS: A DIOS... AL FUTBOL... Y A USTEDES..."
Por: Pastor Fernández Beita.
Ex- seleccionado Nacional
Director Técnico de fútbol




Aquella mañana del domingo 16 de julio de 1989 parecía una mañana normal, pero no era así. Eran apenas las 5:00 a. m. aproximadamente y ya en el sector suroeste de San José, concretamente en La Sabana, algo hacia notar que pasaba algo diferente, había un gran movimiento de gente en pos de una ilusión.

Cerca de ahí, en un hotel, nos encontrábamos un grupo de personas con la convicción de hacer realidad esa ilusión. Serían ya las 7: 00 a. m. y en el Estadio Nacional no cabía un aficionado más. Todos seguíamos de cerca por la televisión tal acontecimiento, nunca dicho reducto había mostrado para un evento deportivo igual ambiente que erizaba la piel el solo pensar en poder participar en lo que se jugaba esa mañana.

El día anterior ya sabíamos quienes participarían en esa fiesta, yo no era uno de ellos. Pero Dios no había movido todavía sus fichas y tenía una sorpresa para todos. Ese domingo, Evaristo Coronado, jugador designado con méritos de sobra para estar ahí amaneció con una contractura muscular que le impedía poder participar. Había que estar en la última charla técnica a las 8:00 a. m. en un salón del hotel. Se tenía que tomar una decisión: Quién sustituiría a Evaristo y que pudiera dar la misma confianza a todo el equipo,… a todo el país?. Es tal vez el momento más impresionante en toda mi vida. Cuando don Marvin dice mi nombre se da un gran silencio en aquel salón e inmediatamente se escucha un fuerte aplauso de apoyo por todos los demás compañeros. Hacía apenas unos minutos estaba planeando donde vería el partido y en cuestión de segundos pasaba a ser un protagonista más del mismo.



Corría el minuto 10 del segundo tiempo y el marcador continuaba 0x0 acompañado de una gran presión porque ganar era necesario. Me cometen una falta al costado derecho del ataque nuestro, frente a gradería de sombra. Cuando “Leoni” Flores viene a ejecutar el tiro libre nos topamos en la cancha y le indico que me la de al “primer palo”. Veo el balón venir, el defensor salvadoreño se desequilibra en el movimiento de desmarque que le hago y logro, con toda la libertad que necesitaba, dar el mejor salto de mi vida…GOOOOOOLLLLLL de Costa Rica. Jamás olvidaré el rugido de ese Estadio…tampoco el fuerte abrazo de mis compañeros y la emoción que a todos nos embargaba en ese momento. Pero faltaba otro momento aún más emocionante… cuando el señor árbitro recoge el balón e indica que el partido había terminado… La fiesta apenas iniciaba…Costa Rica a una Copa Mundial por primera vez .Todo el país celebraba, la gente en la calle no dejaba transitar los vehículos, las personas se abrasaban…Yo no podía contener el llanto de la alegría y emoción que sentía…Que podían estar sintiendo mi familia… mis padres, mis humildes padres? Su hijo junto a un grupo de compañeros estaban dándole a este país la alegría deportiva más grande en toda la historia. Era el sueño de todo futbolista hecho realidad y ya me imaginaba que lo había logrado y que nadie podría impedírmelo…Participaría por primera vez en un Mundial de Fútbol.
Pero otra vez Dios no había movido sus fichas y luego de hacerme sentir en la gloria me daría otra sorpresa. Reconozco que no estaba preparado para recibirla.

Cuando se dio la convocatoria de los seleccionados para poder participar en el Mundial de Fútbol de Italia 90 y yo no estaba incluido sentí la desilusión más grande que jamás había sentido. Me estaban arrancando un sueño del cual me creía merecedor., al igual que Evaristo, “Leoni”, Enrique Días, Carlos Mario Hidalgo, Alvaro Solano y Gilberto Rhoden, excluidos también de tal mérito. Traté de continuar más tiempo en el fútbol y volver a encontrar esa alegría que da este juego y me mantuve jugando por tres temporadas más. No lo logré. Mi rendimiento como futbolista ya no interesaba a los grandes equipos y no encontraba en este deporte la motivación y los medios económicos para solventar las necesidades que ameritaba mi familia. Tomé la decisión y me retiré silenciosamente a los 28 años. Nadie lo notó. Mi paso por el fútbol de la primera división sería de apenas cinco temporadas: dos con C. S. Cartaginés, dos con L. D. Alajuelense y una con la A. D. San Carlos.

Luego de tomar esta decisión se dieron cinco años aproximadamente en las que no sentía ningún interés por saber de fútbol y muchos años más sintiendo un gran resentimiento hacia todas las partes involucradas en nuestro fútbol. A tal punto que me molestaba que alguien me hablara de este deporte o me recordara lo sucedido aquel 16 de julio de 1989. Mi familia debió soportar hasta donde pudieron mi mal genio y mis constantes cambio de carácter por falta de capacidad de saber asimilar ese golpe que yo no podía aceptar.
Los años fueron pasando y Dios empezó a moldearme otra vez. El quería esto para mí pero yo no entendía su propósito en ese momento. Mi egoísmo humano y mi falta de humildad solo me permitían ver mi YO herido.

Empecé mi etapa de asimilación trabajando con niños porque sentía una extraña sensación de transmitir mis experiencias como futbolista. Inmediatamente me di cuenta de que tenía el don de la empatía con ellos y esto me empezó a gustar y a encausar nuevamente en los caminos del fútbol. Me preocupé por recibir cursos como entrenador que me ayudaran a poder llegar hacer más fácil de entender mis ideas futbolísticas para ellos. De la mano de esta nueva experiencia también fue cambiando mi carácter y forma de digerir la vida. Empecé a aceptar con agrado las muestras de cariño de los aficionados que sin importar su edad, sexo, nivel social o religión me expresaban cuando me reconocían y hacían mención de aquella clasificación.

Dios no ha terminado de moldearme y se que El sigue moviendo las fichas, pero hoy he querido dar este testimonio porque ahora entiendo mejor lo que EL quería y le doy gracias por haberme usado como instrumento en ese momento para darle tal alegría a todo un país. Me doy cuenta de ello cuando no importa en que parte de este país me encuentre, se me acerca algún señor, o señora, solos o con algún hijo o nieto y me expresan esa muestra de agradecimiento y cariño orgullosos de conocer a la persona que junto a un grupo de jóvenes una vez les llenó de felicidad. También se que lo hacen cuando identifican a alguno de mis hijos y le brindan un afecto especial. Los que he tenido la oportunidad de contestarles esa pregunta que siempre me hacen: Que sintió cuando hizo ese gol? o : Que sintió cuando no lo llevaron al mundial? les agradezco su cariño y su muestra sincera de solidaridad. Para los que no, aquí les dejo mi testimonio y agradecimiento también.

Hoy ese acontecimiento deportivo e histórico cumple 20 años. Estamos a poco tiempo de volver a vivir una clasificación a otro mundial, para mi familia tiene un carácter especial por la participación de mi hermano Freddy Fernández del cual nos llena de orgullo y damos gracias a Dios porque mis padres están todavía con nosotros y pueden disfrutar de esta alegría nuevamente.
Es por todo lo anterior que he querido hacer público este agradecimiento a cada una de las personas, que tanto tiempo después, me siguen manifestando su cariño y aprecio, gracias por su apoyo que me ayudó a seguir adelante.
Actualmente sigo ligado al fútbol como entrenador, lo disfruto y lo hago con aquella misma alegría de aquel futbolista de 25 años. Soy feliz y agradecido con Dios No lo hubiera logrado sin la ayuda de El y el cariño de cada uno de ustedes como aficionados al fútbol. Es por todo esto que les digo que ningún premio económico, carro u otro dado en aquel entonces puede tener más significado para ser alguno, que el cariño de todos ustedes.
Dios nunca se equivoca. GRACIAS por siempre a cada uno de ustedes y los llene de bendiciones pueblo de Costa Rica. ¡Que viva el Futbol!


Pastor Fernández Beita
Exseleccionado Nacional de Fútbol.


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